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Es probable que tú pertenezcas a una minoría que sabe que las cosas así como están, no están bien.
Hay un problema.
Así que prefiero un ingeniero que inventa un auto de $2000 que no gasta gasolina. Un CEO cuya empresa fabrica casas de materiales reciclados, un desarrollador de software que programa videojuegos para niños autistas.
Eso es ser un agente de cambio. Protestar es fácil, crear soluciones es de héroes.
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Es probable que tú pertenezcas a una minoría que sabe que las cosas así como están, no están bien.
Hay un problema.
Ser más
consciente no te hace más útil para co-crear un nuevo sistema. Necesitas
coraje, humildad e inteligencia.
Las
mayorías nunca cambiarán gracias a tus nerdas perspectivas. Necesitas integrar
una nueva minoría que es algo más que consciente. Una minoría cuya ola
expansiva es la esperanza para catalizar la evolución de esta mierda. Este es el
tipo de arquitecto que necesitamos para el futuro:
1. Religioso no, pero tampoco espiritual: Eso que llamamos “espiritualidad” ha
degenerado en pura religión tradicional con rituales “a la moda”. Verdadera
espiritualidad no es cambiar el rosario por la meditación, el amén por el
Namasté, el sermón de Jesús por el de Buddha, la Biblia por los Upanishads.Verdadera
espiritualidad es cambiar tu forma de vivir y tu forma de morir. Este mundo no necesita gente espiritual,
tampoco religiosa. Necesita espíritus en acción.
2. Ni capitalista ni anti-capitalista: Arquitecto
de Soluciones: Los
anti-capitalistas, ecologistas radicales, socialistas y demás, nos ayudan a
denunciar el lado oscuro de nuestros valores. Ellos son muy inteligentes,
sensibles y tienen buenas intenciones. Pero jamás serán seguidos por los billones
de rusos, brasileños, chinos e indios que simplemente quieren el capitalismo
para tener lo que nunca tuvieron: Casa, X-Box, Coca-Cola y auto. Así que prefiero un ingeniero que inventa un auto de $2000 que no gasta gasolina. Un CEO cuya empresa fabrica casas de materiales reciclados, un desarrollador de software que programa videojuegos para niños autistas.
Eso es ser un agente de cambio. Protestar es fácil, crear soluciones es de héroes.
3. Menos indignado y más digno de merecer un
cambio: El mundo
necesita movimientos como los “indignados” para denunciar que no podemos seguir
haciéndonos de la vista gorda. Sin embargo, para el verdadero cambio no basta
pintar una pancarta creativa y tirarse a las calles con máscara de Vendetta. La
transformación más potente ocurre en el corazón de nuestra vida cotidiana, no
sólo en pequeños paréntesis de rebeldía universitaria. Tírate a la calle y protesta si quieres, pero
la genuina protesta es aquella que haces contra tu propia forma de ver y vivir el
mundo.
4. Menos intelectual y más valiente: Consumir información es muy fácil.
Ponerla en práctica es otra cosa. Toda una generación de cobardes intelectuales
nos ha heredado un interesante patrimonio de cuentos de hadas. Es tiempo de
ponerlos a prueba en la realidad. La lista
podría ser interminable. Lo importante es que sepas que hay una clara
diferencia entre saber que se necesita un cambio, y ser el cambio.
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